La era
está pariendo un corazón
Hace unos días y derivado de una serie de conflictos un grupo de abogadas y
abogados decidió convocar a la formación del Colegio Nacional de Abogados Democráticos,
no es un secreto que se deriva de una ruptura en el centro de la Asociación
Nacional de Abogados Democráticos.
No todas las rupturas implican la decadencia y muerte de una
organización, sino también implican el nacimiento de una nueva organización,
que puede atender temáticas que ahora no se abordan, sobre todo las crisis que
actualmente atraviesa el gobierno de México.
Algunas de estas crisis son: La militarización de la seguridad; la
incertidumbre jurídica y la decadencia de la cultura de la legalidad; la mala
calidad de los servicios de acceso a la justicia; la defensa del medio ambiente;
la defensa de los grupos vulnerables; la corrupción y la falta de transparencia;
el incumplimiento de las condenas internacionales; las desapariciones; la
extorsión; y la impunidad entre otros aspectos.
Lamentablemente muchas de estos
aspectos no se están atendiendo actualmente por la organización, además de
otros vicios en la democracia interna, lo que orillo a que algunos miembros de
la organización decidieran apartarse en algunos casos, y en otros, fueron
expulsados por la dirigencia actual, que además ha ideado la arenga como carta
de presentación.
Fue así que surgió la idea del Colegio
Nacional de Abogados Democráticos, cuyo nacimiento tiene un carácter más
técnico que político, pues, será una organización de abogadas y abogados que
aspiran a la justicia social con democracia, ejerciéndola tanto externa como
internamente.
La única motivación es el compromiso
social de cada uno de los profesionistas, y el formar un espacio de diálogo y
denuncia de los diversos abogados y abogadas que son víctimas de las prácticas
desde el poder político, económico o social, de personajes que buscan implantar
por la vía de la fuerza y el fraude su poder.
Pero hay algunos retos, uno de ellos
es conformar una estructura orgánica, comprender el mandato de mandar-obedeciendo,
formar comisiones técnicas con estudios jurídicos sustentados, pero sobre todo
democratizar nuestras decisiones y dirigencia.
La última parte quizá lo más complejo,
porque implica formar cuadros y ser incluyente, además y sobre todo, apoyar a
la juventud que son nuestro futuro, y evitar direcciones eternas, sino buscar
la rotación democrática, eso evitará relaciones perniciosas de poder, y sobre todo contemos con independencia y autonomía, basada en el ejercicio ético pero también social de la profesión.
Ánimo, hagamos historia!