sábado, 3 de abril de 2021

Un recuerdo: Entrega de la medalla Emilio Krieger al padre Alejandro Solalinde.

 

   México D. F., 19 de septiembre de 2011.

 

Discurso para la entrega de la medalla Emilio Krieger al sacerdote Alejandro Solalinde.

 

 

  Reza como si todo dependiera de Dios.

Trabaja como si todo dependiera de ti”

                                                                                 San Agustín de Hipona.  

Estimados compañeros y compañeras:

Esta tarde me siento privilegiado porque por una parte, se me permita entregar una presea tan importante para nuestra organización como es la medalla que lleva el nombre del compañero y ejemplo don Emilio Krieger, ya que esto es un reconocimiento al trabajo emanado de los jóvenes con la sabia dirección de los consagrados, y por otro, la oportunidad de presentar a un hombre revolucionario de conciencias como es Alejandro Solalinde, quien de manera sobresaliente apoya a nuestros hermanos migrantes dentro del albergue “Hermanos del Camino” instaurado en el mítico estado de Oaxaca que atiende el difícil paso de éstos por un país que sufre una profunda crisis institucional, la cual lamentablemente se filtra hasta nuestra sociedad.

    Así pues, desde mi humilde perspectiva, la de un joven que lucha por un derecho alternativo, veo en Alejandro Solalinde un ejemplo a seguir, y cuando le digo revolucionario sin duda pienso en dos grandes figuras que hoy en día actúan de forma dialéctica en mi pensamiento, desde luego sin ser exhaustivo, hablo de Marx y Cristo, quienes evidenciaron una sociedad injusta donde los sujetos se convertían en objetos; es decir, se desprendían de sus cualidades humanas, como el afecto, la compasión y la solidaridad.  

    Porque la juventud en general, y en particular la mexicana no podemos darnos el lujo de batirnos en luchas dogmáticas hegemónicas sobre que ideología debe prevalecer, es momento de dejar atrás todos esos proyectos que busquen la dominación del ser humano y comencemos a construir el proyecto que revalore al mismo.

    En ese sentido, los jóvenes en México hoy más que nunca buscamos la paz de un Estado que está sumido en una guerra inútil que destruye a la sociedad, que buscamos justicia quizá ya no en los tribunales, que buscamos trabajo quizá ya no en las empresas, que buscamos creencias quizá ya no en las religiones, sino en nosotros mismos, en nuestra capacidad de amar y de valorar.

   Por ello, esta tarde puedo asegurarles que los que aquí estamos somos jóvenes revolucionarios, porque la juventud está en el pensamiento y la acción, más allá de la apariencia. Somos parte de aquellos que buscamos la justicia ética y misericordiosa, somos aquellos que buscamos el trabajo reconocido  valorado y bien remunerado, somos aquellos que buscamos la fe con el amor desinteresado al prójimo. En síntesis ser revolucionario es ser tener una pasión desenfrenada de amor hacia el prójimo. Por ende, queremos expresar de aquí a todos y todas nuestras hermanas que luchen afanosamente por un mundo más justo socialmente, que atienda las necesidades humanas tanto materiales como intelectuales, contarán con nuestro incondicional apoyo, reconocimiento, y solidaridad, tal como hoy se demuestra con la entrega de una medalla que tiene por nombre un ícono de nuestra Asociación y que desde ahora la figura de Alejandro Solalinde, así como de los demás reconocidos no sólo hoy sino en la historia de la entrega de presente presea serán, para nosotros los jóvenes, modelos a seguir en la construcción de una sociedad amorosa con convicción y ética.  Y finalizo con una frase de Ernesto Guevara de la Serna: Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario

 

Muchas gracias.

Lic. Roberto Julio Chávez Delgado

Joven por un Derecho Alternativo; ANAD